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Técnicas de Agricultura Regenerativa y Permacultura en nuestros cultivos
Regenerativa
Agricultura regenerativa y permacultura
En Aiosa aplicamos técnicas de Agricultura Regenerativa y Permacultura en nuestros cultivos.
La Agricultura Regenerativa y la Permacultura son enfoques de la agricultura que pretenden restaurar y mejorar la salud del suelo, la biodiversidad y los ciclos naturales de los ecosistemas. Se basan en la idea de que la agricultura puede ser una herramienta para regenerar los sistemas naturales, no sólo para producir alimentos.
La agricultura regenerativa se centra en la construcción de suelos sanos que puedan retener el agua y los nutrientes y, a su vez, apoyar el crecimiento de las plantas y la salud de los animales. La agricultura regenerativa es un enfoque de la agricultura que se basa en la comprensión de que los sistemas naturales son complejos y están interconectados. Por lo tanto, para restaurar y mejorar la salud del suelo, la biodiversidad y los ciclos naturales del ecosistema, es necesario adoptar prácticas sostenibles y trabajar en armonía con la naturaleza.
Una práctica clave en la agricultura regenerativa es el uso de cultivos de cobertura. Los cultivos de cobertura son cultivos que se plantan en el suelo entre los cultivos principales para proteger y mejorar el suelo. Estas plantas pueden fijar el nitrógeno, aumentar la materia orgánica del suelo y reducir su erosión. Además, los cultivos de cobertura pueden utilizarse como alimento para el ganado.
Otra práctica común en la agricultura regenerativa es la producción y el uso de compost. El compostaje es un proceso natural en el que los microorganismos descomponen la materia orgánica y producen un fertilizante natural rico en nutrientes. Al utilizar compost en lugar de fertilizantes químicos, se mejora la salud del suelo y se reduce la dependencia de insumos externos.
La microbiología del suelo es también un aspecto importante de la agricultura regenerativa. El suelo contiene un gran número de microorganismos, como bacterias y hongos, que desempeñan un papel fundamental en la descomposición de la materia orgánica y la liberación de nutrientes para las plantas. Trabajando en armonía con la microbiología del suelo, los agricultores regenerativos pueden mejorar la salud del suelo y aumentar la productividad de los cultivos.
La autoproducción de fertilizantes naturales también es habitual en la agricultura regenerativa. Los agricultores pueden utilizar diferentes técnicas para producir fertilizantes a partir de materiales orgánicos, como el vermicompostaje, en el que las lombrices descomponen la materia orgánica y producen fertilizantes ricos en nutrientes.
La permacultura también está relacionada con la agricultura regenerativa. La permacultura es un enfoque de diseño basado en los principios de la naturaleza para crear sistemas sostenibles. En la permacultura, el objetivo es crear sistemas productivos autosuficientes e integrados armoniosamente con el medio ambiente. La agricultura regenerativa y la permacultura comparten muchos principios, como la diversidad, la interconexión y la sostenibilidad.
Microbiología
En nuestra búsqueda de suelos sanos y productivos, nos esforzamos por fomentar la microbiología del suelo.
Utilizamos técnicas de agricultura regenerativa que buscan potenciar los procesos naturales del suelo, en lugar de tratarlo como un simple soporte para el crecimiento de los cultivos. Para lograrlo, incorporamos enmiendas orgánicas como compost y estiércol de oveja, que aportan materia orgánica y nutrientes al suelo y fomentan la actividad microbiana. Además, reproducimos microorganismos beneficiosos mediante la técnica de fermentación del salvado de trigo y la melaza, conocida como «EM» (microorganismos eficaces). Estos microorganismos se introducen posteriormente en el suelo, lo que les permite proliferar y contribuir a crear un ecosistema microbiano sano y equilibrado. Al fomentar la microbiología del suelo, estamos mejorando la calidad y la cantidad de nutrientes disponibles para los olivos, lo que se traduce en una mayor productividad y una mejor calidad de la cosecha. Además, estamos ayudando a crear un entorno sano y equilibrado, en el que los microorganismos beneficiosos compiten con los patógenos, reduciendo la necesidad de pesticidas.
Compost
En nuestra granja, preparamos el compost triturando todos los restos de poda y mezclándolos con estiércol de oveja. Después dejamos reposar el compost durante un año antes de aplicarlo a nuestro suelo. Este proceso de compostaje ayuda a descomponer la materia orgánica y crea un abono rico en nutrientes para nuestros olivos.
Con este abono mejoramos la estructura y la fertilidad del suelo, lo que se traduce en árboles más sanos y un mayor rendimiento. Además, el compostaje de nuestros residuos de poda y estiércol ayuda a reducir los residuos y a promover la sostenibilidad en nuestra explotación.
El compostaje es una forma natural y sostenible de enriquecer el suelo y favorecer el crecimiento de las plantas. Es una forma estupenda de reciclar la materia orgánica y crear un valioso recurso para nuestra explotación. Nos sentimos orgullosos de nuestro compromiso con el uso de prácticas respetuosas con el medio ambiente y estamos agradecidos por los beneficios que proporciona el compostaje.
Cultivos de cobertura
El uso de cubiertas vegetales permanentes bajo nuestros olivos es cada vez más común entre los agricultores conscientes de la importancia de cuidar el suelo y el entorno en el que trabajan. Además de ser una técnica sostenible y respetuosa con el medio ambiente, ofrece numerosos beneficios para el cultivo y el paisaje.
Cuando utilizamos cubiertas vegetales permanentes, conseguimos un paisaje similar al de una dehesa española, en el que los olivos se combinan con otras plantas que crecen a su alrededor. Esto no sólo crea una bella escena, sino que también fomenta la biodiversidad, albergando una gran cantidad de vida que ayuda a mantener el equilibrio ecológico del medio ambiente.
Además, estas cubiertas vegetales permanentes protegen el suelo de la erosión, mejoran su estructura y fertilidad y reducen la evaporación del agua. Esto favorece la retención de humedad en el suelo y reduce la necesidad de riego, lo que se traduce en un ahorro de agua y una mayor eficiencia en el uso de los recursos.
Por otra parte, estas cubiertas vegetales permanentes también tienen efectos positivos en la calidad del aceite de oliva que producimos. Al reducir la erosión y mejorar la estructura del suelo, se favorece el desarrollo de las raíces del olivo, lo que se traduce en frutos más sanos y de mayor calidad, lo que se refleja en el sabor y las propiedades del aceite que producimos.
En resumen, el uso de cubiertas vegetales permanentes bajo nuestros olivos es una práctica beneficiosa tanto para el cultivo como para el medio ambiente, ya que fomenta la biodiversidad y crea un paisaje de gran belleza. Demuestra que es posible combinar la producción agrícola con el cuidado del medio ambiente y la preservación del paisaje.
Fertilizantes naturales
La agricultura regenerativa es una forma de cultivar que busca la salud del suelo, los cultivos y los ecosistemas en general. En nuestro esfuerzo por aplicar este enfoque en nuestra explotación olivarera, nos hemos propuesto autoproducir nuestros propios abonos orgánicos.
Para ello, utilizamos diversas técnicas de fermentación y maceración de plantas, algas y harinas de roca, combinadas con microorganismos beneficiosos que promueven la actividad microbiológica del suelo y mejoran la disponibilidad de nutrientes para las plantas. Estos abonos naturales son ricos en nutrientes esenciales para el olivo, como nitrógeno, fósforo y potasio, así como en otros elementos necesarios para el buen desarrollo del cultivo, como calcio, magnesio o zinc. Utilizando estos abonos orgánicos, estamos contribuyendo a crear un entorno sano y equilibrado para nuestras aceitunas, evitando el uso de pesticidas y fertilizantes químicos que pueden ser perjudiciales para el suelo y la salud de los cultivos. Además, estamos generando nuestros propios recursos, evitando la dependencia de productos externos y fomentando la sostenibilidad y el autoabastecimiento de nuestra explotación. En definitiva, la autoproducción de abonos orgánicos es una práctica que nos permite cuidar nuestros cultivos, el suelo y el medio ambiente, a la vez que fomentamos la autonomía y la regeneración en nuestra explotación olivarera.
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